lunes, 3 de diciembre de 2018

EL CORTOPLACISMO

EL CORTOPLACISMO
Al igual que los actuales políticos, seres humanos cortoplacistas, avaros y egoístas, generalmente en el cargo para ser siervos de la élite económica predominante, el resto de los humanos hemos puesto la mirada  al ambiente en el corto plazo, como si fuera nuestro y no de las generaciones venideras, porque esa es la verdad y se nos olvida que es una nave que nos han prestado y como tal, debemos devolver, sino mejor, al menos igual a como la encontramos.
La Tierra, el único planeta del sistema solar con una gran masa de agua y una masa sólida, que posibilitan otras circunstancias, que nos permiten la vida. Escuchamos opiniones de unos que quieren seguir desangrando los recursos como si fueran inagotables y de unos pocos, que justifican sus acciones sólo desde el punto de vista económico. Y ni hablar de lo que ocasiona, para hacer de él un mejor negocio, la tala indiscriminada de bosques y selvas, para sustituir las áreas fumigadas con Glifosato, para acabar con los cultivos ilícitos, cosa de la que somos testigos de primera mano, los colombianos, que no vemos sino cómo desplazan dichos cultivos de una zona a otra en la medida en que son fumigados. Siempre buscando el ahogado aguas arriba.
Y aquí trataré de apartarme de los intereses de los políticos, que como describí al inicio, terminó conformado por seres cortoplacistas, egoístas y avariciosos, que se suman a justificar los vandálicos  actos de quienes creen que los recursos hay que explotarlos hasta acabarlos, acumulando inmensas fortunas que ni felices los hacen, pero que dejan rastros de miseria por donde pasan, dejando a millones de seres humanos con hambre y sin posibilidades de salir de ella.
De otro lado, se reúnen cada año los dirigentes del Mundo, a hablar y analizar lo que encuentran que no se realizó lo planeado desde el año pasado en otra similar reunión,  porque todo se queda en intenciones, no es más lo que de esas reuniones resulta, nada de acciones, por eso no vemos resultados. Aquí recuerdo lo que sucedió hace varias décadas cuando los industriales occidentales se volcaron hacia China, aprovechando los bajos costos de mano de obra, donde se enriquecieron en tres décadas mucho más de lo que habrían logrado en sus países.
Afortunadamente, China, que es un Gigante, “se dejó” contaminar de manera alarmante, por las malas prácticas de aquellos industriales, que sin percatarse, le ayudaron a China a llegar a ser la primera potencia mundial, hasta que llegó el día cuando se sacudieron y le dijeron al mundo occidental, “ya no les recibimos más desechos y residuos” y empezaron a hacer un inventario de los sitios que alcanzaron niveles ultra contaminados, para comenzar, con la paciencia y sapiencia milenaria que los caracteriza, a limpiar y a desarrollar sus territorios.
Por eso, soy optimista con respecto al futuro, porque el compromiso de China con el ambiente se ve y se siente, impulsando el uso de las energías renovables que tenemos gracias al Sol, y buscando optimizar el movimiento de mercancías con la construcción de impensables vías y obras trazadas y construidas con inteligencia y sin corrupción.
Otros, los ecologistas, luchan contra los anteriores, pero con las uñas y con todo el poder económico en contra, que logra descalificarlos al acusarlos de extremistas histéricos, pagando propagandas para desacreditarlos, a científicos con propuestas en el corto y el largo plazo para revertir el mal causado al Planeta.
La verdad de a puño, es que somos todos responsables de lo que ocurra a la Nave en la que estamos viajando por el Universo, razón por la cual debemos empezar ya a hacer algo a favor del ambiente, por pequeño o poco que parezca, porque si no nos toca a los actuales habitantes, le tocará peor a nuestros descendientes, y de maneras violentas, porque con toda seguridad, el Planeta Tierra no se va a dejar acabar por nosotros, nacidos en Ella, hará lo que sea para revertir los daños por nosotros ocasionados.
Por ahora, nos avisa con los cada vez más fuertes y violentos fenómenos climáticos, que nos resistimos a ver como avisos de la Madre Tierra, que como a toda Madre, le preocupa el futuro de sus hijos y espera lo entendamos, por nuestro bien, más que por el de Ella, que como expresé antes, no se va a dejar acabar por nosotros.
Artículo de Julián Echeverri Escobar.

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