EL PLÁSTICO
A FAVOR DEL PLANETA TIERRA
Hasta hoy, venimos vituperando el plástico como si fuera
nuestro peor enemigo, pero, la verdad sea dicha, desde cuando iniciaron sus
orígenes hace más de siglo y medio, como resultado de la búsqueda de un
sustituto para el marfil natural, resultamos viviendo la que debería llamarse,
La Edad del Plástico.
Desde los 60, los plásticos empezaron a sustituir, con mucho
éxito, materiales como el vidrio, la madera, el cartón, y en los 70 fueron
varias las aleaciones de metales reemplazadas, llegando a ocupar su lugar, de
manera definitiva. Más adelante, en los 80, su uso se intensificó tanto que
llegó a ser una de las más importantes industrias del mundo, que se dedicó a
encontrar nuevas aplicaciones, gracias a la importante inversión que se hizo en
su investigación y desarrollo.
Las cosas llegaron a tal punto,
que nos parecía imposible vivir sin el plástico, y digo, parecía, porque ahora
hemos cambiado un poco el discurso al respecto, al ir tomando conciencia del
daño tan grande que han terminado haciéndole a la vida, y estamos pensando en
ir mermando su uso, sobre todo, en aquellas aplicaciones donde no se justifica,
como por ejemplo, ese plástico que cubre varias frutas y que ni siquiera podrá ser reutilizado, al menos una vez, o
aquel que arma un paquete de bebidas gaseosas, o…….
La asociación de fabricantes de
plástico en Europa, han sintetizado en 10 puntos lo que consideran beneficioso
para el hombre, a saber:
1. Los plásticos son unos de los materiales más versátiles y eficientes en
uso, de los recursos disponibles para la sociedad.
2. Los
plásticos hacen una contribución significativa a las principales metas del
desarrollo sostenible:
- Progreso
social: los plásticos proveen productos accesibles, que brindan a las personas
la oportunidad de acceder a altos estándares de vida, cuidado médico e
información.;
- Desarrollo
económico: la cadena industrial de plásticos emplea a más de 1.5 millones de
personas y genera ventas por encima de 159 billones de euros, sólo en Europa.
- Protección
ambiental: ayudan a economizar recursos fósiles y energéticos. Además,
previenen la contaminación de agua y alimentos.
3. Los
plásticos sólo consumen el 4% del petróleo mundial. Los productos plásticos en
uso ahorran petróleo: 100 kg de piezas plásticas instaladas en automóviles
reducen el consumo de combustible en casi 12 millones de toneladas cada año, y
reducen las emisiones de CO2 en 30 millones en el mismo período.
4. Los
plásticos son muy valiosos para tirarlos, aún al final de su vida. Después de
su uso, pueden ser reciclados o emplearse como un combustible alternativo. Los
plásticos tienen un poder calorífico al menos igual al del carbón y generan
menos emisiones de CO2.
5. Las
energías renovables se fundamentan en plásticos: paneles solares, turbinas de
viento.
6. Más de un
millón de personas en el mundo carece de acceso a agua potable. Los plásticos
pueden preservar y distribuir el agua de forma económica, confiable y segura.
Ningún otro material puede competir con los plásticos cuando se trata de
satisfacer demandas técnicas mientras se preservan los recursos.
7. Los
plásticos son los campeones de la prevención: los empaques plásticos
representan el 17% del material de empaque empleado en Europa, y aun así
empacan más del 50% de los bienes de consumo.
8. Se estima
que en un período de 10 años los empaques de plásticos por unidad se han
reducido en un 28%, gracias a la tecnología.
9. Sin los
empaques de plásticos el peso de los empaques se incrementaría cuatro veces,
los costos de producción y el consumo de energía se doblarían, y el volumen de
desperdicio se incrementaría en un 150%.
10. Los plásticos hacen nuestra vida más segura: airbag, cinturones de
seguridad, sillas de bebé, cascos de bicicleta y dispositivos médicos, entre
otros ejemplos.
Los países desarrollados culpan a los
subdesarrollados de ser los culpables de la contaminación de los plásticos,
cuando en realidad, la necesidad ha puesto a muchas personas a obtener su
sustento diario recolectando la mal llamada basura plástica.
En los países desarrollados se centran en lograr
mayores tasas de reciclaje, y sin embargo
insisten en que el reciclaje de los plásticos no es la panacea, al
contrario de lo que sucede con el vidrio,
con el plástico reciclado no se pueden fabricar similares, sino objetos
diferentes, que generalmente terminan en los rellenos sanitarios.
En la India han desarrollado una interesante
alternativa, como es el tratar de volverlos un combustible líquido, parecido a
la gasolina, al diesel y al queroseno, calentándolo a 450°C en presencia de un
catalizador para convertir el polietileno de las bolsas, que son los residuos
que más daño están causando en los ecosistemas marinos.
Como podemos ver, son muchos los
beneficios que han traído a la humanidad, el problema radica en lo que hacemos
con ellos una vez los utilizamos, y en utilizarlos para un solo uso, cosa que
debemos evitar.
Por eso, convencidos de las
inmensas posibilidades que se nos presentan con los plásticos luego de ser
usados y reutilizados, como son los procesos de reciclado, para convertirlos en
nuevos productos.
He titulado este escrito, El
plástico a favor del Planeta tierra, porque soy un convencido de que así puede
llegar a ser, y fue por eso que he venido insistiendo en el tema de la madera
plástica y sus incontables aplicaciones, hasta para construir casas, pero, nos
topamos con un problema, y es la gran flexibilidad del producto, que obliga a
tener ciertas consideraciones cuando se utiliza en grandes construcciones.
Por eso, junto con mi amigo
Marcos Martínez, quién trataba de
patentar, ante la Comisión Nacional de Patentes en los Estados Unidos, un
sistema y método para construir viviendas modulares, nos sentamos a analizar
características y precios de los varios posibles materiales para construir
casas, y llegamos a la conclusión de que el WPC (MADERA PLÁSTICA COMPUESTA) era
el ideal.
Y lo encontramos ideal, no sólo
por ser madera plástica mejorada, sino porque de paso se pretende solucionar el
gran problema que representan los inmensos residuos de la industria maderera,
que ocupan grandes extensiones de terreno y son un peligro latente por los
riesgos de incendio.
El sistema es simple pero
ingenioso y se plantea buscando disminuir los costos de mano de obra in situ,
cambiándolo por avances en una Planta fabril,
que permitan agilizar drásticamente la construcción de una casa, sin ser
necesaria tampoco, mano de obra especializada.
Luego de contactar grandes
fabricantes de WPC, sabemos que los paneles, objeto del sistema y método, se pueden fabricar de varios anchos, de tal
manera que se ajusten a las dimensiones que manejan los arquitectos en los
diferentes países.
Relatado desde Zaragoza en
Cartago, Valle del Cauca, Colombia, por el ingeniero agrícola Julián Echeverri
Escobar.
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