martes, 30 de octubre de 2018

El planeta contra el plástico



El planeta contra el plástico
Pasados ya 20 años desde que el hombre encontró justo arriba de Hawaii, lo que se conoció en su momento como  “la sopa plástica”, cuyas dimensiones calcularon en una extensión casi dos veces el  tamaño de los Estados Unidos y con profundidades de hasta 30 metros, como resultado de una recolección natural lograda por las diferentes corrientes marinas, y que fue considerado como el mayor problema ocasionado por los plásticos, recientemente fue descubierta otra frente a las costas de Honduras, y no podemos seguir comportándonos como si nada estuviera pasando con nuestros residuos plásticos.
Hasta los inicios del año 2.012 esas falsas islas flotantes, o sopa plástica fueron consideradas como el mayor problema que ambientalmente ocasionan los residuos plásticos, cuando fue descubierto algo que encendió las alarmas, pues un grupo de biólogos marinos, frente a las costas de Chile,  descubrieron algo que se temía ocurría pero nunca pensaron fuera tan grave.
Se encontraron con que un gran porcentaje del plancton marino estaba conformado por diminutas partículas de plástico en película (los plásticos los conocemos “duros” que son envases, sillas, baldes, cubetas, juguetes, pelotas, etc., y en “película”, que son básicamente las bolsas), que llegan a los océanos luego de largos recorridos.
Cuando consumimos algo cuyo envase es un plástico en película, bolsas con agua, con helados, con golosinas, con bebidas azucaradas, etc., y descuidadamente lo arrojamos al suelo, estos son arrastrados por la lluvia hasta los sifones ubicados en las esquinas de nuestras ciudades, y a través de ellas a los sistemas de alcantarillado, y por estos hasta los ríos, y a través de ellos hasta nuestras costas.
El mayor problema es que la película no se degrada pero se va despedazando hasta alcanzar minúsculos tamaños, que terminan convertidos en imanes, que van atrayendo hacia sí todos los metales pesados que encuentran en su recorrido, los que cada vez se presentan en mayores cantidades debido a los procesos de la minería, legal o ilegal y que llegan al océano completamente cargados de sustancias venenosas y cancerígenas.
Estas partículas así cargadas llegan a ser parte del plancton marino, en unas proporciones descabelladas, al punto de alcanzar hasta el 80% en algunos mares, y 
partículas plásticas cargadas con metales pesados,  peligrosos para la salud de los seres que habitan los mares y por supuesto, para nosotros que en la larga cadena los peces al abrir su boca para alimentarse, ingieren grandes cantidades de alimenticia terminamos consumiéndolos.
No podemos seguir sin  inmutarnos ante este gravísimo problema, así que debemos asumir con muchísima responsabilidad el manejo de nuestros residuos plásticos desde la fuente, que no sólo ocupan un gran porcentaje en la caracterización de los residuos sólidos, no tanto en peso, pero sí  en volumen, cosa que además de reducir significativamente la vida útil de los mal llamados rellenos sanitarios, impiden que ocurra la lixiviación necesaria que evita la acumulación de gases que los  tornan potencialmente peligrosos, cuyos manejos se nos están saliendo de las manos, no solo por el riesgo que representan para la salud y calidad de vida de quienes terminan siendo vecinos de tan desagradables sitios, por los vectores de olores y apariencias desagradables, sino también porque en un futuro muy próximo, por no hablar del presente mismo, no habrá sitio alguno para ubicar otros rellenos.
Ante estos panoramas, lo único que nos queda por hacer es reducir, reutilizar y reciclar, tema bastante trillado pero que aún no ponemos realmente en práctica, ya que seguimos produciendo indiscriminadamente empaques plásticos para todo. Y si miramos hacia el futuro, cuando los vehículos con motores de combustión interna empiecen a ser reemplazados por los vehículos provistos con motores eléctricos y se libere la gran cantidad de petróleo que no van a consumir los automóviles, seguramente mucho de ese petróleo se convertirá en los mismos y en nuevos productos plásticos.
Personalmente añoro la época de mi niñez cuando para ir a mercar llevábamos canastos fabricados con fibras naturales, para ir por la leche llevábamos las botellas, al igual que por las bebidas gaseosas, mismas que regresaban a las plantas de producción donde eran lavadas y vueltas a llenar.
Recuerdo que cuando  íbamos de paseo a un rio, llevábamos en un canasto el mercado con lo que se prepararía el almuerzo, en otro canasto llevábamos los utensilios de cocina, los platos y los cubiertos, en una canasta de gaseosas iba la bebida con su respectivo destapador, porque nada era desechable, y lo mejor era que todo eso regresaba a casa.
Hoy en día, para esos mismos paseos se arrima a un asadero de pollos donde adquirimos, en empaques de poli estireno flexible, el pollo con las arepas y las papas. Luego, vamos a una licorera donde adquirimos las bebidas gaseosas en envases desechables, con vasos desechables y cubiertos desechables, y lo peor es que al regreso nadie quiere cargar con los desechos y todos quedan tirados en la orilla del rio y por acción del agua y el viento terminan en las corrientes de agua que culminan su recorrido en el mar.
Entonces, lo que debemos hacer todos y cada uno de nosotros, con un verdadero compromiso ambiental y humanitario, es evitar a toda costa que sigan llegando a nuestros océanos, ahora que sabemos cómo es que ocurre.
La cuestión es que si no lo hacemos ya, llegará el momento en que el Planeta se canse de avisarnos lo que está pasando, como lo hace ahora  juntando,  gracias a las corrientes oceánicas, todos esos desechos plásticos como diciéndonos, aquí se los tengo reunidos, para que miren a ver qué van a hacer con ello.
Un joven norteamericano ha desarrollado una máquina con la cual se espera poder recolectar esos plásticos que flotan casi aglutinados en los océanos, para que sean recuperados y posteriormente reciclados al convertirlos en nuevos productos,  ojalá ambientalmente amigables.
Al respecto, en la empresa REXCO S. A. S., aprovechamos todos esos residuos y desechos ordinarios y peligrosos, con los cuáles obtenemos un eco producto industrial al que llamamos madera plástica REXCO,  empresa con un amplio portafolio de productos, que van desde:
Productos para el agro como: comederos para ganado, terneriles, corrales, bebederos, pisos para diversos montajes, puertas para las fincas, cercas eléctricas y cercos con  alambre de púas, senderos peatonales para el agro turismo, puentes, muelles, cabañas, casas, etc.
Productos para la industria como diferentes modelos y tamaños de estibas, caminaderos elevados y a nivel, lockers, diversos contenedores, cama soles o asoleadoras, formaletas para la industria de la construcción, rejillas para canales de aguas servidas y escorrentía de lluvias, tapas para tanques de las PTAR para el tratamiento de aguas residuales, pisos para cuartos fríos, etc.
Productos para el hogar como camas, camarotes, mesas, asientos, licoreras, pisos para baños turcos, saunas, jardineras, juegos de sala y comedor rústicos, juegos infantiles, demarcadores para parqueaderos, etc.
Productos para amueblamiento urbano como bancas para parques, mesas para picnic, vallas divisorias, señaléticas, etc.
En la empresa Rexco continuaremos explorando y desarrollando nuevos productos que permitan aprovechar cada vez más esas inmensas cantidades de desechos plásticos.
Desde comienzos del año 2015  estamos  participando activamente en conjunto con MS & MC Corporation,  en el desarrollo de un sistema y método para construir estructuras con madera plástica compuesta, conocida como WPC (Wood Plastic Composit), que es el resultado de la investigación y desarrollo que la industria plástica ha adelantado buscando no sólo mejorar las características del producto, sino también aprovechar esas inmensas cantidades de desechos de la industria maderera y otros desechos de cosechas, como es el caso en el Departamento del Valle del Cauca, Colombia, con el bagazo de caña, que es una materia prima inagotable.

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